Por Dulce Hernández

Cuernavaca, Mor. En el Día del Paramédico se reconoce la labor de quienes salvan vidas cada día. Un ejemplo es Laura Alicia, con más de 18 años de vocación. Su misión es brindar auxilio sin descanso, con entrega total en cada llamado.

Para Laura, las situaciones más difíciles han sido los accidentes donde niñas o niños han sido víctimas sin culpa, así como casos de violencia familiar. Esos momentos, expresó, que marcan para siempre.

Lo más valioso para ella es lograr estabilizar a una persona y saber que su acción hizo la diferencia. Aunque no conozca a quienes ayuda, siente satisfacción al saber que su apoyo puede salvar una vida.

Invitó a quienes tengan la inquietud de ser paramédicos a sumarse, aunque ya tengan otra profesión. Asegura que es una experiencia que cambia la vida y se vive con pasión, entrega y vocación.

Laura define esta labor como una forma de vida que se vive con emoción y con el corazón. Ayudar en momentos clave es lo que la motiva a seguir.