Por Fernanda Contreras.

Cuernavaca, Mor. – Las parroquias en el estado de Morelos no son ajenas a la ola de violencia que azota la región. El vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, informó que varias iglesias han sido blanco de extorsiones telefónicas y amenazas de cobro de piso, un flagelo que se ha convertido en el “pan de cada día” para la comunidad religiosa.

A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades eclesiásticas han evitado presentar denuncias formales ante las autoridades, una decisión que, de acuerdo con el vicario, obedece a razones de seguridad.

En entrevista confirmó que los párrocos y las secretarias de las iglesias han sido objeto de llamadas intimidatorias. Estas amenazas no solo se dirigen a las oficinas parroquiales, sino que también han afectado a los feligreses en sus propios hogares.

Explicó que, si bien la violencia no ha llegado a un nivel en el que se hayan cometido atentados contra los sacerdotes, las extorsiones y amenazas son una constante. Esta escalada de intimidación pone en riesgo no solo los bienes de la iglesia, sino también la tranquilidad de sus miembros.

El vicario se mostró reticente a revelar los nombres de los municipios afectados por estas amenazas, argumentando que hacerlo podría poner en peligro a los párrocos y a las comunidades.