
Por Fernanda Contreras.
Cuernavaca Mor-. “Los vendedores callejeros son actores de un sistema alimentario sustentable”, ante ello ofrecen un sin fin de comida mixta poco saludable, pero al alcance de estudiantes, oficinistas o transportistas, indicó Gastón Martínez, vendedor de comida establecido.
En entrevista, Gastón Martínez mencionó que la comida callejera en puestos ambulantes es una parte vibrante y esencial de la cultura gastronómica en muchas ciudades del mundo.
Indicó que en Cuernavaca, por ejemplo, los puestos ambulantes ofrecen una amplia variedad de platillos deliciosos y asequibles que reflejan la diversidad culinaria.
Desde tacos y tortas hasta tamales y elotes, la comida callejera ofrece opciones para todos los gustos. Cada puesto tiene su propia especialidad y sus propios secretos culinarios, transmitidos de generación en generación.
Los sabores auténticos y la frescura de los ingredientes son parte del encanto de esta forma de comer.
Berenice Vázquez, vendedora ambulante dijo que a pesar de su popularidad, los puestos ambulantes enfrentan desafíos como la falta de regulación sanitaria y la competencia con establecimientos formales. Sin embargo, también representan una importante fuente de ingresos para muchas familias y una oportunidad para preservar las tradiciones culinarias locales.
Los puestos callejeros de comida desempeñan un papel importante en la alimentación, la economía y la cultura de muchas comunidades.
La comida callejera, a menudo frita o con salsas y aderezos ricos en grasa, ofrece una experiencia sensorial intensa.
Los puestos suelen estar ubicados en lugares estratégicos, como esquinas concurridas, mercados y tianguis, lo que los hace fácilmente accesibles.
La comida rápida y callejera ofrece una opción conveniente para personas con horarios de trabajo apretados o que no tienen tiempo para cocinar.
Es importante mencionar que el consumo en exceso de comidas con altos niveles de grasa, puede causar problemas de salud a largo plazo.