Kike Domínguez.
Cuernavaca, Mor.- A más de dos meses del asesinato de la diputada local Gabriela Marín, el crimen sigue quedando en la impunidad, luego de ser uno de los casos que sacudió a la sociedad morelense este año.
Fue la tarde del pasado 5 de octubre que la ex funcionaria llegó a una farmacia de la Avenida Poder Legislativo de Cuernavaca, al bajar de su vehículo fue sorprendida por sujetos que viajaban a bordo de motocicleta, quienes le dispararon a quemarropa y de cinco tiros le arrebataron la vida y lesionaron a su chófer.
El crimen, causó consternación y diferentes actores de la política, entre funcionarios municipales y estatales como sus homólogos, quienes de inmediato exigieron justicia.
Tras el lamentable hecho, el fiscal de Morelos Uriel Carmona Gándara informó que la principal línea de investigación era una posible venganza política.
Gabriela Marín tomó protesta como diputada indígena en el Congreso local a mediados del mes de julio de este año, tomando el lugar del diputado fallecido Julio Yáñez y del suplente Roberto Yáñez.
Dos semanas después de la muerte de Gabriela, la atención se desvió de los autores tanto materiales como intelectuales, pues la madrugada del sábado 15 agentes de la Fiscalía de Morelos y la Guardia Nacional catearon un domicilio en la colonia Antonio Barona de Cuernavaca, dónde detuvieron a José Manuel “N”, quien el día de los hechos, a pesar de toda la presencia de la policía hurtó el bolso de la legisladora, dónde estaban su teléfono y otras pertenencias.
Dicha detención fue anunciada con “bombo y platillo” el lunes 17 de octubre en una conferencia de prensa encabezada por Carmona Gándara y Fabiola García Betanzos, fiscal de feminicidios de Morelos.
Sin embargo, de los sicarios no se tiene pista pues siguen libres, así como aquellos que planearon el crimen.
La última información que ofreció el fiscal fue que se tenía el nombre de uno de ellos, así como el rostro. Pero a pesar de esto, no han sido detenidos.
viernes 22 de noviembre del 2024 3:30 am