
Por Fernanda Contreras.
Morelos-. El vicario de la diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral, lamentó que en la actualidad los feligreses han dejado de realizar las prácticas que tradicionalmente se realizan durante la semana santa, siendo los jóvenes quienes menos las entienden y practican.
En entrevista, el vicario explicó que en un mundo marcado por la tecnología y la industrialización, ciertas ideologías podrían influir en que las personas se distancien de estas prácticas ancestrales, considerándolas quizás carentes de significado o relevancia en el contexto actual.
Tomás Toral hizo hincapié en que la semana santa, desde el domingo de ramos hasta el domingo de resurrección, es un periodo intrínsecamente ligado a la idea de renuncia y sacrificio. Esta noción, que históricamente ha sido central en la comprensión del misterio pascual, parece encontrar cada vez más resistencia en una sociedad que a menudo prioriza la inmediatez y la evitación del sufrimiento.
La dificultad para comprender el sentido del sacrificio podría ser una de las razones por las que las tradiciones de semana santa están perdiendo fuerza, señalo Tomas Toral.
A pesar de este panorama, el vicario recordó el profundo significado de la semana santa, explicando que se trata de una conmemoración basada en las sagradas escrituras. Este periodo abarca desde la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, un momento de reconocimiento de su mesianismo, hasta los eventos cruciales que precedieron a su aprehensión. Cada día de la semana santa conmemora pasajes bíblicos específicos que narran los últimos días de la vida terrenal de Jesús.
Dentro de esta secuencia de eventos, el vicario destacó la institución de la eucaristía como un momento central y de profunda trascendencia. La última cena, en la que Jesús compartió el pan y el vino con sus discípulos, representa la entrega de su cuerpo y sangre, estableciendo el sacramento fundamental de la fe cristiana y simbolizando el máximo acto de amor y sacrificio por la humanidad.
La Semana Santa, por lo tanto, invita a los creyentes a sumergirse en la reflexión sobre el misterio de la salvación ofrecida por Jesucristo. No se trata simplemente de recordar hechos históricos, sino de comprender el profundo amor y el sacrificio que subyacen a la pasión, muerte y resurrección de Jesús, un mensaje que trasciende las barreras del tiempo y las creencias individuales, concluyó.