
De la redacción.
Cuernavaca, Mor. – La producción de la flor de Nochebuena en Cuernavaca se consolida como un pilar fundamental que combina arraigo cultural, dedicación y un significativo desarrollo económico para la ciudad y sus áreas agrícolas. Este cultivo, que precede las fiestas decembrinas, es el resultado de un esfuerzo continuo que los productores locales.
Más de 200 productores, integrados en el sistema ornamental de Cuernavaca, han finalizado la preparación de una vasta y colorida oferta. Se estima que, desde los viveros ubicados en comunidades clave como Tetela del Monte, Acapantzingo y Chapultepec, se pondrá a disposición del mercado aproximadamente un millón y medio de plantas. Estas Nochebuenas se cultivan en distintos tamaños, que abarcan desde las 3 hasta las 7 pulgadas, y están preparadas para ser distribuidas a nivel nacional.
En el poblado de Tetela del Monte, el arduo trabajo comienza en el mes de abril con la preparación del cultivo. El esfuerzo rinde frutos en noviembre, cuando arranca la temporada de venta con una sorprendente variedad de ejemplares. Entre las especies disponibles se encuentran la ‘Freedom’ y ‘Prestige’, presentadas en cerca de 20 tonalidades, incluyendo los tradicionales rojo, blanco y mármol, así como los matices salmón y rosa.
La calidad y volumen de la producción han posicionado a Cuernavaca como un referente nacional en el sector ornamental.
Las flores cultivadas en la capital morelense no solo se comercializan dentro del estado, sino que su distribución se extiende a importantes puntos del país, alcanzando ciudades como Puebla, Monterrey, Oaxaca, Guadalajara, Los Cabos, y las zonas metropolitanas del Estado de México y Ciudad de México, e incluso Durango. Este alcance subraya la fortaleza y el prestigio del trabajo local.