El obispo de la Diócesis de Cuernavaca y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro, condenó la violencia en el país y Morelos y señala que el asesinato de tres personas, entre ellos dos sacerdotes jesuitas, al interior de una iglesia de un poblado de la Sierra de Chihuahua, ha generado indignación a nivel nacional y demuestra de la descomposición de muchos hombres.
En su homilía dominical en la catedral de Cuernavaca, el líder de la curia católica se refirió al reciente asesinato de un civil y dos sacerdotes jesuitas dentro del templo católico de Cerocahui, en la región tarahumara de Chihuahua, “no es más que una muestra más de la falta de valores y sensibilidad a la que se ha llegado, perdiendo todo respecto a la dignidad humana”.
Asimismo manifestó que ante los índices de violencia y sus estructuras de muerte, “se han desbordado e instalado en nuestras comunidades desfigurando a la persona humana y destruyendo la cultura de paz”.
Consideró que la realidad de violencia golpea y México “está salpicando sangre de tantos muertos y desaparecidos, (…) por desgracia la violencia reina en el país y demasiado sangre ha corrido ya”.
De ahí que pidió a la autoridad debe asumir su papel y regresar la paz a Morelos y el país, “tenemos que darnos cuenta de la responsabilidad que cada uno tiene, empezando por la autoridad, que se dé cuenta lo que sufre el pueblo y lo que la gente sencilla vive y debe de enfrentar”.