
Por la Redacción.
El 15 de julio de 1951, Ciudad de México vivió una de sus peores inundaciones: una tormenta dejó dos terceras partes de la ciudad bajo el agua por más de tres meses, afectando a millones de personas y paralizando la capital.
LAS COLONIAS MÁS AFECTADAS
Colonias como Condesa, Guerrero y Doctores quedaron anegadas por el desbordamiento de ríos y el colapso del drenaje. Vecinos improvisaron balsas y puentes para movilizarse entre aguas negras.

El desastre evidenció un sistema hidráulico rebasado y contaminado por residuos industriales. Se realizaron obras como cárcamos, túneles y entubamientos, pero no fueron solución definitiva.
Hoy, más de 70 años después, las inundaciones persisten por crecimiento urbano desordenado, basura en el drenaje y falta de mantenimiento.

La crisis de 1951 no fue solo histórica, sino una advertencia vigente que la ciudad aún no resuelve.
Con información de Ecoosfera