Javier Pineda
No, no soy apátrida ni traidor a la patria, pero tampoco borrego dócil y cobarde.
No hacer eco del acto político partidista de la presidenta no significa estar en contra de México y a favor de Estados Unidos y Donald Trump o cualquier otro líder mundial que quiera menospreciar a nuestro país y a nuestro pueblo.
El Claudia fest no se trató de un acto de unidad de los mexicanos en torno a la presidenta ni a su gobierno en contra de las imposiciones arbitrarias y abusivas de Trump, se trató de un acto de política rancia, de lo más viejo y despreciable del viejo régimen priísta, al que dijo la 4T combatir.
Fue un acto de lucimiento de la titular del ejecutivo federal y de fortalecimiento del PRI-Mor. Se trató de un burdo acarreo de borregos dóciles y cobardes, y de un despilfarro de miles de millones de pesos de parte de los gobiernos y congresos oficialoides de Morena y de otros partidos, para trasladar, desde la propia ciudad de México, como dese Chiahuahua y Quintana Roo, a cientos, a miles, de burócratas para ir a manifestarle obediencia ciega a la protagonista de la telenovela.
México no necesita de actos demagógicos para mantener la unidad ante los embates comerciales del insípido presidente gringo ni de ninguno otro que quiera mirarnos como inferiores, lo que necesitan los líderes de la 4T es mayor inteligencia para responder a estos retos y dejar de andar de resentidos andrajosos.
Lo que necesitamos los mexicanos es un gobierno fuerte, inteligente, capaz, para sortear los más grandes desafíos, porque como decía don Lauro: “no hay problema tan grande que juntos no podamos superar”.
Pero juntos es juntos, en las buenas y las malas, en las duras y las maduras no solo cuando política y electoralmente convenga a unos. La unidad a la que se convoca requiere de inclusión y de trato de iguales, aunque electoralmente unos sean menores. Si tu no me respetas, yo no tengo porque respetarte, he escuchado mucho esta expresión.
Lo mejor para el gobierno y para este nuevo régimen es que se convoque a todos a trabajar por México siempre, no solamente en momentos aciagos y viendo solo por sus intereses de partido.
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