Punto Por Punto TV

 sábado 07 de septiembre del 2024     5:45 pm

Por Paola Caballero.

Cuernavaca, Mor., 15 mayo 2024.- Con esfuerzo y dedicación miles de docentes de Morelos celebran su día hoy en el marco del Día Nacional de la Maestra y el Maestro, como un reconocimiento a aquellos que con sus enseñanzas han marcado generaciones.

Punto Por Punto TV, se dio a la tarea de entrevistar a dos profesores del Centro de Investigación en Biotecnología (CEIB), de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), quienes nos compartieron su experiencia, trayectoria y gusto por educar a los alumnos de diferentes edades.

María del Refugio Trejo Hernández, egresada de la licenciatura en Químico Farmacéutico Biólogo, de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con un posgrado en Francia, aseguró que su principal inspiración para ser profesora de Biología y ciencias químicas, de posgrado y maestría en biotecnología y doctorado en ciencias naturales por más de 31 años, fue por su hermano que trabajó fuertemente por sus 4 hermanas y eso la motivó a ser lo que es hoy en día.

“Lo que me gusta es la relación que hay con los jóvenes, para formarlos y verlos aprender, es un gran estímulo para nosotros como profesores que es parte de nuestro desarrollo como recursos humanos, para que se conviertan en líderes, académicos y para ser investigadores en un futuro”, expresó María Trejo Hernández.

En entrevista con el profesor de Biotecnología Molecular, egresado de la Facultad de Biología, Edgar Dantan González, afirmó que no quería ser docente, por tener pesimos profesores, pero cuando llegó a la universidad cambio su mala expectativa, porque ahora con 20 años de docente disfruta mucho enseñar a los alumnos, además de aprender.

“Me encanta como los alumnos descubren que saben cosas que nunca pudieron imaginar y ellos mismos se dan cuenta que no son burros como pensaban, solo les falta un empujón”, expresó.

Dantan González, destacó que su inspiración principal para se profesor fue por un paseo por el Jardín Botánico, dónde fue el niño más feliz y mas por el poema “A la Izquierda de un Roble”, de Mario Benedetti.

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