Por Andrés Lagunas

De manera contundente, el prestigiado abogado Cipriano Sotelo Salgado, soltó la expresión de muchos morelenses en torno a la crisis política que afecta a la Fiscalía General de Justicia y al Tribunal Superior de Justicia: Si los van a quitar (a los titulares) quítenlos ya, y si se van a quedar, que se pongan a trabajar.

En temas de política esos son dos grandes pendientes, y se deben resolver, porque los perdedores de una situación como la existente en el Poder Judicial y el órgano autónomo, como es la Fiscalía, está dañando a los morelenses. Se puede equiparar a un cáncer que está carcomiendo el cuerpo y nadie hace nada por darle quimioterapia o de plano cortar la parte dañada.

Es evidente que Morelos no tiene un Fiscal fuerte, con las condiciones óptimas para la procuración de justicia en los crecientes delitos que se cometen todos los días. Y tampoco tiene un Poder Judicial funcional, porque los magistrados están en una disputa interna, donde consumen muchas energías, y se descuida la labor jurisdiccional, y peor aún, donde cientos de personas no están recibiendo justicia expedita.

Es mucho pedir a la nueva administración estatal, por si sola, poner fin a esta situación de dos instancias fundamentales para encarar el duro reto de la violencia y la inseguridad.

En la conferencia de prensa que dieron este martes los abogados, quedó clara la expresión del fundador de la asociación de penalistas, Cipriano Sotelo. Es momento de definiciones. Es necesario que se afiance a Jorge Gamboa Olea en la presidencia del Tribunal, o de plano se generen las condiciones para la llegada de un nuevo liderazgo. Se puede hacer, así como se hicieron llamadas en días pasados, de manera abierta, se puede y se debe hacer la labor para darle esa anhelada estabilidad al Tribunal.

Y en el caso de la Fiscalía General de Justicia, lo mismo, es la hora de que quienes toman decisiones, actúen. Que se fortalezca a Uriel Carmona Gándara, y se les incorpore plenamente a las mesas de seguridad, y se le exijan resultados, o de plano se le solicite por la vía institucional se generen las condiciones para la llegada de un fiscal fuerte, el fiscal que necesita Morelos.

Pueden pasar cosas estos días. El 1 de febrero inicia el periodo ordinario de sesiones, y los diputados deberán fijar posturas muy claras, abandonar la ambigüedad y decantarse, porque la indefinición no sirve de nada.