
Por Fernanda Contreras.
Cuernavaca.- El 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2011 para visibilizar y honrar a las personas que han sido arrebatadas de sus familias y comunidades.
La creación de este día busca no solo recordar a las víctimas, sino también sensibilizar a la sociedad sobre la magnitud de este problema y la necesidad urgente de tomar acciones.
En entrevista exclusiva con Punto Por Punto TV, Erika Vergara, integrante de la colectiva Existimos Porque Resistimos Morelos, esta fecha es crucial. Pues subraya la importancia de conmemorar a las víctimas y de continuar la lucha en colaboración con las madres buscadoras.
“Si nos sensibilizamos, sabemos que no hay avances”, señaló, haciendo hincapié en que a pesar de la existencia de este día, la falta de sensibilidad en gran parte de la población es notoria.
Vergara hizo un llamado a la acción, instando a que más familias, la sociedad civil y las madres buscadoras se sumen a esta causa. La intención es que quienes aún no han encontrado el apoyo necesario, se acerquen a estos colectivos para que, trabajando en equipo, el movimiento cobre mayor fuerza y visibilidad ante los ojos de la población.
Como parte de las actividades conmemorativas, las madres buscadoras dedicaron meses a la elaboración de una manta bordada para exhibir durante la marcha del 30 de agosto. Con unas dimensiones de 3 por 12 metros, la pieza monumental lleva bordados los nombres y rostros de aproximadamente 100 personas desaparecidas, un testimonio visual del dolor y la perseverancia de estas familias.
Romana García Miranda, madre buscadora de Omar Briseño García, desaparecido el 16 de abril de 2021, expresó que conmemorar este día es una necesidad vital. Para ella, es una forma de no permitir que sus seres queridos desaparecidos queden en el olvido. “Cuando se llevan a un ser querido, no se llevan solamente a él, acaban con nosotros”, compartió.
Después de que su hijo desapareció durante la pandemia. Romana decidió, a pesar de su delicado estado de salud, “limpiarse las lágrimas” y salir a buscarlo, sabiendo que nadie lo buscaría con la misma determinación que una madre.
Los colectivos continúan su labor, realizando búsquedas en distintos estados del país con la esperanza de encontrar a sus familiares.