Por Elías López
Cuernavaca, Mor.- Desde muy temprano, los fieles católicos acudieron a las parroquias para recibir el miércoles de ceniza que, marca el inicio de la cuaresma y el preámbulo a la semana santa.
Con su respectiva cruz sagrada en la frente, feligreses salientes de la Capilla de San Francisco de Asís, ubicada en la Catedral de Cuernavaca, describen su asistencia como una bella tradición heredada de sus progenitores, y que ahora es su turno de heredar a sus seres queridos.
También, “es una época de reconocer nuestros pecados, pues somos seres humanos, y por ende, somos capaces de enmendar los errores cometidos. Además, la ceniza nos recuerda el origen humano: que somos polvo y en polvo nos convertiremos”, expresa Eufrosina Guadarrama, creyente católica.
La ceniza se fabrica con la incineración de las palmas usadas el domingo de ramos del año pasado; en señal de arrepentimiento y humildad, previa a la época ayuno y ofrecimiento que representan los 40 días que Jesús pasó en el desierto.
