
Por Fernanda Contreras.
Cuernavaca, Mor. – El 19 de septiembre de 2017, la tierra volvió a sacudirse en México, reviviendo un doloroso recuerdo y dejando una huella imborrable en la memoria de sus habitantes. A diferencia del sismo de 1985, este terremoto impactó directamente a la Ciudad de México y, de manera particular, al estado de Morelos, donde la vida cotidiana se detuvo en un instante.
Los relatos de quienes vivieron ese día son testimonios de la fuerza de la naturaleza y de la resiliencia humana. Entre ellos, el bombero Ricardo García y dos ciudadanos morelenses, Eduardo Gómez y Eugenio Aguilar, quienes compartieron sus experiencias en exclusiva a Punto Por Punto TV.
Ricardo García, un bombero con años de experiencia, recordó una de las vivencias más desafiantes de su carrera. En el momento exacto en que la tierra tembló, se encontraba realizando una tarea aparentemente rutinaria: el retiro de un panal de abejas. El movimiento de la tierra lo tomó por sorpresa. El rescate de vidas y la atención a la emergencia que se desató en las horas siguientes se convertirían en las labores que marcarían su memoria profesional para siempre, demostrando el coraje y la preparación del cuerpo de bomberos ante la adversidad.
Por su parte, el ciudadano Eduardo Gómez se encontraba de compras en las inmediaciones de Jiquilpan, en Cuernavaca. Cuando de pronto, el pánico se apoderó de él al presenciar cómo un espectacular se mecía de manera violenta. La imagen del letrero moviéndose de un lado a otro le hizo temer lo peor, ante la posibilidad de un colapso.
Otro relato es el de Eugenio Aguilar, quien en ese momento se dirigía a su trabajo. Mientras conducía cerca de Plaza Cuernavaca, la escena que presenció se grabó en su mente: los árboles se sacudían de forma dramática y un sentimiento de incertidumbre se apoderó de todos. A su alrededor, la gente corría invadida por el miedo.
El sismo de 2017 en Morelos dejó profundas cicatrices, pero también demostró la capacidad de los morelenses para unirse en momentos de crisis.