Por Fernanda Contreras.
Cuernavaca.- Hay personajes icónicos que son esencia en cualquier feria. Hoy les contaremos la historia de Miguel Lima, la voz más escuchada en la subasta de colchas en la Feria de Tlaltenango.
Comenzó a vender colchas a la edad de 12 años, abandonando por completo sus estudios y dedicándose al cien por ciento a trabajar, nos confiesa en entrevista.
Su labor es lanzar miles de ofertas y regalos, para que los asistentes se lleven la nota tradicional colcha de tigre y no pasen frío por las noches de invierno.
“Le damos una, no, mejor dos, mejor todo por mil pesos, pero ando de buenas, y todo se lo dejo a 500 pesos porque ya me voy.” Esta es una de sus famosas frases que utiliza para convencer a sus espectadores de llevarse un artículo.
Más de 20 personas por día caen en sus encantos y descuentos. Son 56 años de labor, las personas lo oyen y rodean su gran puesto de cobijas… se observa las colchas estampadas con logo del América, de Frozen, el calendario Azteca, el tigre, un león, Karely Ruiz y muchas más figuras.
Otro famoso dicho es: “Arrímense para acá sino no alcanzan. Mire, jefa, mire, jefe, si no le gusta se lo cambio.”
Pero no todo el trabajo lo hace Don Miguel. Él cuenta con un equipo de cinco ayudantes, encargados de llevar el producto a los compradores, que con solo alzar la mano pueden hacerse de la mercancía en la comodidad de su lugar.
Puntualizó que este talento se pasa de generación en generación, el cual sirve para alimentar a más de una familia y es una técnica infalible.
Pocos mexicanos se han resistido a los encantos de estas personas que, desde luego, forman parte de la cultura popular mexicana.